Jorge Elduayen, director comercial en iUNiS Digital Group
Durante años, muchas pymes han visto la digitalización como una opción lejana, un proyecto para “cuando haya tiempo”. Sin embargo, el nuevo marco legal, marcado por la Ley Antifraude y la Ley Crea y Crece, ha cambiado por completo las reglas del juego. Hoy, adaptarse ya no es una elección, es una necesidad. Pero más allá de la obligación, la verdadera pregunta es si sabremos transformar esta exigencia en una oportunidad para ser más eficientes, competitivos y rentables.
Del miedo al cambio a la prisa por hacerlo bien
En toda transformación tecnológica hay dos emociones recurrentes: miedo y prisa. Miedo a lo desconocido, a los costes, a que el cambio afecte al día a día de la empresa. Y prisa, porque el calendario aprieta y las sanciones no son menores.
Pero el punto de equilibrio está en la anticipación. Como bien se expuso en la ponencia, “dejar el cambio para el 31 de diciembre no es una opción realista”. La capacidad de implantación del sector es limitada y la demanda se concentrará en los meses previos a la entrada en vigor de la normativa. Adelantarse, por tanto, no es opcional: es la única manera de garantizar el cumplimiento a tiempo y hacerlo con serenidad.
Qué exige realmente la Ley
El corazón del cambio se llama Sistema Informático de Facturación (SIF). Este sistema busca eliminar el fraude derivado de programas que permitían ocultar ventas.
Las empresas y autónomos deberán usar software certificado, con requisitos muy precisos: registro de facturación y de eventos, integridad y trazabilidad garantizadas, firma electrónica, huella digital y un código QR verificable por el cliente.
Además, con la opción Veri*factu, los registros podrán enviarse automáticamente a la Agencia Tributaria, ofreciendo un acceso inmediato y transparente.
Las fechas clave ya están definidas:
- 29 de julio de 2025: fabricantes de software
- 1 de enero de 2026: personas jurídicas
- 1 de julio de 2026: personas físicas
Y las sanciones no dejan lugar a dudas: 50.000 € por no adaptarse, 150.000 € por ocultar ventas. En el caso de la factura electrónica, la multa puede alcanzar los 10.000 € por cliente y ejercicio si no se permite el acceso digital a las facturas.
Más que una obligación, una oportunidad para digitalizarse
Es tentador ver el cambio solo como una carga administrativa. Sin embargo, tanto la Ley Antifraude (con un enfoque fiscal) como la Ley Crea y Crece (con un objetivo mercantil) comparten un propósito común: impulsar la digitalización de las empresas.
El nuevo sistema no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que simplifica procesos, mejora la trazabilidad y reduce los plazos de pago entre empresas. En definitiva, abre la puerta a una gestión más profesional, más ágil y más conectada con el futuro.
La factura electrónica, además, va mucho más allá de un simple PDF. Es un fichero estructurado (XML), firmado digitalmente, que permite la interconexión entre plataformas privadas y la futura Solución Pública de Facturación Electrónica (SPFE). Esto aportará transparencia total en los flujos de cobros y pagos, un mejor control financiero y una reducción significativa de la morosidad.
Cinco claves para una implantación exitosa
Como se destacó en la ponencia, los proyectos de cambio tecnológico no fracasan por la tecnología, sino por la falta de planificación. Estas son las cinco claves esenciales para una transición exitosa:
- Compatibilidad IT: revisar sistemas operativos, bases de datos y servidores antes de implantar nada.
- Integración del QR: garantizar que el proceso de facturación incorpore correctamente el código verificable.
- Cumplimiento normativo: adaptar los desarrollos personalizados al nuevo marco técnico y legal.
- Decidir entre Veri*factu sí o no: conocer las implicaciones de cada modalidad según el modelo de negocio.
- Certificado electrónico válido: imprescindible para garantizar la autenticidad y la firma digital.
A ello se suma un factor clave: liderar el cambio desde la dirección. No basta con delegar el proceso al departamento informático o al proveedor de software. Es necesario formar al equipo, evaluar a los socios tecnológicos y acompañar el proceso con visión estratégica.
Cómo empezar hoy mismo
El punto de partida está claro:
- Elige modalidad (Veri*factu sí o no).
- Revisa tu sistema actual y evalúa a tus proveedores.
- Forma a tu equipo y planifica un calendario realista de pruebas.
- Busca apoyo experto. No estás solo: existen soluciones ya adaptadas y equipos con experiencia contrastada en implantación y soporte.
En Grupo iUNiS, por ejemplo, se ofrecen herramientas como a3conectia y a3ERP activeX, que permiten integrar el cumplimiento legal con una gestión avanzada, reduciendo tiempos y errores. Adaptarse a Veri*factu y a la factura electrónica no es solo cumplir la ley. Es, sobre todo, dar un paso hacia un modelo de negocio más ágil, transparente y sostenible.
Quienes lo entiendan así no solo evitarán sanciones, sino que estarán liderando el camino hacia la nueva economía digital.
